ubicación: condominio “Lipulli”, lago Colico, Región de la Araucanía, Chile.
año proyecto: 2017-2019.
superficie terreno: 8.000 m2.
superficie proyectada: 215 m2.
arquitectos: Alejandro Armstrong + Tomás Swett.
arquitecto colaborador: Francisca Navarro.
fotografías: Nicolás Sánchez.

En medio de un terreno ubicado en el sur de Chile, al interior del condominio “Lipulli”, se emplaza esta vivienda inmersa en la naturaleza propia de los cerros cercanos al lago Colico. El encargo y primer desafío, fue buscar una estrategia de emplazamiento en un terreno que presentaba una fuerte pendiente (40% – 50%) y un bosque nativo denso. La zona donde se definió su ubicación, fue el lugar donde se lograba capturar la única vista panorámica que ofrecía el sitio al lago. Para esto, se buscó que mediante muros de contención de hormigón armado y aterrazamientos a distintos niveles, se habitara la ladera del cerro, asegurando las mejores vistas e interviniendo lo menos posible la vegetación nativa.

Entre estos muros se definieron las zonas de acceso, espacios públicos de la casa (hall, cocina y estar), terrazas y patios exteriores. Luego, sobre estos muros y recintos, se posó una barra horizontal acristalada de acero y madera, lo que permitió obtener una plataforma para los recintos más privados como lo son los dormitorios.

A la vivienda se accede entre dos muros que insinúan la particular geometría de la vivienda en cuanto a su posición en el terreno, y que forman un espacio de recepción (hall). Al interior, el hall es un espacio doble altura con una vista de fondo al lago. Desde aquí, la casa se distribuye y se separa en tres zonas: áreas comunes en el primer piso, área de dormitorios de hijos e invitados en segundo piso (hacia el poniente) y área de dormitorio principal también en el segundo nivel (hacia el oriente).

Esta clara zonificación responde, por un lado, al requerimiento de espacios de encuentro familiar amplios, en un piso y con salida a terrazas y zonas de esparcimiento; y por otro, a lugares de tranquilidad y con total independencia entre ellos (dormitorios). Además, esta separación de áreas en el segundo piso logra una “adaptabilidad de uso” que responde a la fluctuación de usuarios durante el año, lo que, por ende, aporta a la diferenciación de requerimientos térmicos de acuerdo a las cargas de uso en cada zona de la casa.

Por otra parte, la materialidad y colores definidos buscan que la casa se integre en el contexto natural. El uso de hormigón en el primer piso está orientado a la idea de zócalo / aterrazamiento, y el cristal y madera en el volumen de segundo piso, busca resaltar la idea y figura de “barra posada”.